Asumir el tiempo desde esta mirada implica para nuestra Escuela Normal, situarse en el terreno de la práctica pedagógica para comprender su función como institución formadora de formadores. Es ella el espacio concreto para la socialización, validación y confrontación de elementos teórico-prácticos relacionados con los procesos de enseñanza y aprendizaje. Allí convergen saber pedagógico, disciplinar e investigativo para hacer posible la reflexión, análisis y planteamiento de posiciones críticas sobre la realidad escolar.